Los gatos tricolor, también llamados calicó o carey, fascinan por...
Leer másPocas cosas llaman más la atención que un gato con un pelaje de tres colores mezclados de manera caprichosa. Los famosos gatos tricolor, también conocidos como calicó o carey (según su patrón), siempre han despertado curiosidad y admiración.
Pero detrás de esa belleza hay mucha ciencia y, también, un montón de mitos. ¿Sabías que casi todos los gatos tricolor son hembras? ¿Y que los machos tricolor son tan raros que se consideran casi una “leyenda viva”? 🐱✨
En este post te voy a contar, de manera sencilla y entretenida, la genética detrás de los gatos tricolor, sus curiosidades y lo que significan en distintas culturas.
Aunque a simple vista parezca pura estética, el color de un gato está determinado por su genética. Cada gato hereda de sus padres una combinación de genes que define no solo el color, sino también el patrón (manchas, rayas, uniforme, etc.).
Los gatos, como los humanos, tienen cromosomas sexuales: XX en hembras y XY en machos. El gen responsable del color naranja o negro del pelaje está en el cromosoma X.
Un gato con un solo X naranja → será naranja.
Un gato con un solo X negro → será negro.
Una gata con dos cromosomas X diferentes (uno naranja y otro negro) → puede mostrar ambos colores… ¡y aquí nace la magia del tricolor!
Además, entran en juego otros genes que “deciden” si el color será sólido, atigrado o mezclado con blanco. El blanco suele ser un gen modificador, que “borra” zonas de color y da lugar a los característicos gatos tricolor con manchas bien definidas.
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Aquí está la clave:
Como el gen del color está en el cromosoma X, las hembras (XX) tienen la posibilidad de combinar dos colores distintos.
Los machos (XY), al tener un solo cromosoma X, normalmente solo expresan un color (naranja o negro).
Por eso, el 99,9% de los gatos tricolor son hembras. Es pura genética.
Y de aquí nace uno de los datos más curiosos: cuando ves un gato tricolor, lo más seguro es que sea hembra.
¿Existen los machos tricolor? Sí… pero son una auténtica rareza. Solo uno de cada 3.000 gatos tricolor es macho.
Esto ocurre por una anomalía genética llamada síndrome de Klinefelter, en la que el gato macho nace con cromosomas XXY en lugar de XY.
Eso le da la capacidad de tener ambos colores.
Pero a la vez suele traer problemas: estos gatos suelen ser estériles y más propensos a problemas de salud.
Por eso, cuando alguien tiene un gato tricolor macho, se considera casi un tesoro biológico.
Mucha gente confunde estos términos, pero no son exactamente iguales:
Gatos carey: pelaje negro y naranja mezclado, como si fueran pinceladas difusas.
Gatos calicó: también negro y naranja, pero con amplias manchas de blanco que hacen que los tres colores estén bien diferenciados.
Ambos entran dentro de los famosos “gatos tricolor”, aunque visualmente se ven distintos.
Los gatos tricolor no solo han fascinado a científicos, también a las culturas de todo el mundo.
En Japón, el famoso Maneki-neko (el gato de la suerte que mueve la patita) suele representarse con colores tricolor. Se cree que atrae la fortuna y protege el hogar.
En Estados Unidos, a los calicó se les llama incluso “money cats” porque se cree que traen prosperidad económica.
Irlanda: se pensaba que tener un gato tricolor en el barco protegía a los marineros de las tormentas.
India: se los asocia con la energía positiva y la abundancia.
Europa medieval: se creía que ahuyentaban los malos espíritus.
Además de los tricolor, la genética felina da lugar a otros colores y curiosidades:
Aproximadamente el 80% de los gatos naranjas son machos. Otra consecuencia de cómo se transmite el gen naranja en el cromosoma X.
Muchos gatos blancos de ojos azules son sordos. Esto no siempre ocurre, pero existe una fuerte correlación genética.
Algunos gatos tienen la mitad de la cara de un color y la otra mitad de otro. Se llaman gatos quimera, y ocurren por la fusión de dos embriones en una sola cría. ¡Un fenómeno fascinante!
Aunque el color no cambia sus necesidades básicas, algunos gatos requieren cuidados especiales:
Los gatos blancos necesitan protección solar en orejas y nariz.
Los gatos de pelo largo (ya sean tricolor, naranjas o negros) requieren cepillados más frecuentes.
En los gatos con mucho blanco, revisa su piel para detectar posibles manchas o irritaciones.
Los gatos tricolor son un ejemplo perfecto de cómo la genética puede crear belleza, misterio y hasta leyendas. Saber que casi todos son hembras, que los machos son rarísimos y que en distintas culturas se les ve como portadores de suerte, nos hace apreciarlos aún más.
La próxima vez que veas un gato tricolor, recuerda: no es solo un minino bonito, es una pequeña maravilla genética.
Compártenos su foto en comentarios o etiquétanos en redes sociales. ¡Queremos ver a tu minina llena de colores!
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