Si eres de los que habla con su gato, tenemos noticias: tu minino podría estar entendiendo más de lo que imaginas. Sí, esos ojos enigmáticos y esa actitud de «no me importa nada» pueden estar ocultando un cerebro que capta más palabras y emociones de las que creíamos.
Un reciente estudio ha revelado que los gatos no solo reconocen su nombre, sino que también diferencian el tono de voz de sus humanos y pueden recordar ciertas palabras asociadas con experiencias buenas (como «comida») y malas (como «veterinario»). Así que, la próxima vez que murmures algo sobre «ese bicho gordo que solo duerme», ten en cuenta que quizá haya tomado nota.
A diferencia de los perros, que han sido entrenados durante siglos para responder a comandos, los gatos han evolucionado a su propio ritmo, lo que significa que interpretan el lenguaje humano de forma diferente. Según la investigación de la Universidad de Tokio, los gatos pueden reconocer su nombre y ciertas palabras clave, especialmente cuando provienen de la voz de su humano de referencia.
Este estudio descubrió que cuando se les dice su nombre en una serie de palabras, los gatos muestran respuestas sutiles: giran las orejas, mueven la cola o incluso emiten un leve maullido. Pero aquí viene lo interesante: ¡su nivel de atención varía según quién les hable! Si es un desconocido, es más probable que ignoren el llamado. En cambio, cuando es su humano de confianza, su reacción es más evidente.
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Aunque no esperan que les pidas «dar la pata» (¡faltaría más!), sí reconocen palabras asociadas con rutinas diarias. Algunas de sus palabras favoritas (o temidas) incluyen:
Comida 🍗 (Siempre pondrán atención a esto, aunque estén durmiendo profundamente).
Premio 🎁 (Una palabra mágica para ganarse su amor momentáneo).
Vete al transportín 🚗 (Aquí es donde empieza la desconfianza).
Veterinario 🏥 (¿Por qué crees que desaparecen misteriosamente cuando mencionas esto?).
Juguete 🧸 (Para esos momentos de hiperactividad felina).
Los gatos no solo reconocen las palabras, sino que también detectan el tono de voz. Si les hablas en un tono dulce y cariñoso, es más probable que se acerquen. En cambio, si elevas la voz o usas un tono autoritario, probablemente te mirarán con desaprobación y seguirán haciendo lo que les plazca.
Los gatos son maestros en interpretar nuestras emociones. Pueden percibir si estamos contentos, tristes o estresados solo con el tono de nuestra voz y nuestro lenguaje corporal. Si alguna vez has notado que tu gato se acurruca más contigo cuando estás triste, no es coincidencia: está captando tu estado emocional.
Por otro lado, si te ve alterado o escuchan una discusión, algunos gatos pueden estresarse y esconderse. Otros, más valientes, podrían acercarse a ti y darte uno de esos «golpecitos de cabeza» para intentar calmarte. ¡Son más empáticos de lo que pensamos!
Sí, aunque con paciencia. Si repites una palabra en situaciones específicas (por ejemplo, «cama» antes de dormir), tu gato podría asociarla con la acción correspondiente. No esperes que corra obedientemente cuando la digas, pero puede reaccionar con señales sutiles, como mover las orejas o dirigir la mirada.
Un truco para enseñar palabras nuevas es usar premios. Decir «premio» justo antes de darle un snack hará que la palabra quede grabada en su memoria felina. Lo mismo ocurre con «vamos a dormir», «baño» o «hora de jugar».
Si bien los perros pueden entender muchas palabras y reaccionar activamente a comandos, los gatos tienen una forma más selectiva de procesar el lenguaje. Para ellos, todo gira en torno a la conveniencia: si la palabra significa algo beneficioso para ellos (como comida o caricias), la recordarán. Si no, te ignorarán elegantemente.
Los expertos creen que esto se debe a la evolución de los felinos: mientras los perros fueron domesticados para el trabajo y la interacción con humanos, los gatos han mantenido su independencia, interactuando con nosotros en sus propios términos. Por eso, aunque puedan reconocer palabras, decidirán cuándo les conviene prestarnos atención.
Ahora que sabes que tu gato entiende más de lo que creías, es hora de empezar a comunicarte con él de manera más consciente. Aquí van algunos consejos:
Habla con él con frecuencia: Aunque no te responda con palabras, te entiende y puede crear un vínculo más fuerte contigo.
Usa el tono adecuado: Si quieres que venga, usa un tono dulce y cariñoso en lugar de un llamado autoritario.
Asocia palabras con acciones: Usa siempre la misma palabra para cada actividad. Si cada vez que abres una lata dices «comida», pronto la asociará con su plato lleno.
Evita decir palabras negativas cerca de él: No es necesario regañarlo con palabras como «NO» en un tono alto. En su lugar, puedes redirigir su atención con algo positivo.
Definitivamente sí. Aunque no hablen nuestro idioma, los gatos han desarrollado habilidades sorprendentes para entendernos a través de las palabras, el tono de voz y el lenguaje corporal. Así que la próxima vez que le digas algo a tu minino, recuerda que quizás te esté entendiendo más de lo que imaginas. Y si alguna vez te has quejado de él en voz alta… bueno, prepárate para una mirada de juicio felino. 😼
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